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Los celos son una emoción compleja que abarca sentimientos que van desde la suspicacia hasta la ira, el miedo y la humillación. Ataca a personas de todas las edades, géneros y orientaciones sexuales y usualmente surge cuando una persona percibe una amenaza a una relación valiosa por parte de un tercero. La amenaza puede ser real o imaginaria.
Los celos suelen pensarse dentro del contexto de relaciones románticas: por ejemplo, un novio que le prohíbe a su novia hablar con otros hombres, o una persona que no puede soportar ver que su ex sube fotos con una nueva pareja a Facebook. Pero el sentimiento puede ocurrir en casi todos los tipos de relaciones humanas, desde hermanos compitiendo por el amor parental hasta trabajadores intentando impresionar a un jefe que respetan.
A pesar de que los celos son una experiencia emocional, los psicólogos evolutivos no los consideran una emoción que se deba suprimir, sino una que se debe atender, una señal de advertencia de que una relación valiosa está en peligro y que se deben llevar a cabo acciones para recuperar el afecto de una pareja o amigo. Como resultado, los celos se consideran una emoción necesaria porque preserva los lazos sociales y motiva a la gente a llevar a cabo comportamientos que mantienen las relaciones importantes.
Las investigaciones han identificado muchas causas originarias para los celos extremos, incluyendo baja autoestima, un neuroticismo alto, y ser posesivo con los demás, particularmente con las parejas románticas. El miedo al abandono también suele ser un motivador clave.
Tanto los hombres como las mujeres sienten celos. Algunas evidencias sugieren que en el contexto de las relaciones románticas los hombres sienten más celos por las infidelidades sexuales (reales o percibidas) y las mujeres tienden a sentirse más celos por la infidelidad emocional.
Los celos sin fundamento suelen traer insatisfacción o malestar, y la gente celosa puede comportarse de maneras irracionales o incluso peligrosas. Pero los celos son un sentimiento natural y adaptivo diseñado para conservar relaciones importantes. Sentir celos podría ser una manera de subrayar el valor de una relación o que dos personas se están alejando.
Las evidencias sugieren que algunos animales que forman lazos sociales cercanos entre sí o con humanos, incluyendo a los primates y a los perros, pueden experimentar celos. Como pasa con los humanos, la cantidad de celos que se sienten y las situaciones que los provocan varían de un animal a otro.
Aunque pueden ser valiosos, los celos también tienen el potencial de incitar comportamientos dañinos. Pueden llevar a alguien a supervisar obsesivamente la ubicación, relaciones y comunicaciones de la otra persona; intentar deteriorar la confianza de la otra persona; o incluso comportarse de maneras violentas.
A pesar de que puede percibirse como un tabú, el simple hecho de reconocer la presencia de los celos puede ayudar a evitarlos en el futuro y fortalecer la relación en el presente. Explorar las emociones que apuntalan a los celos puede inspirar la autoreflexión, lo que a su vez puede ayudar a desarrollar habilidades internas de afrontamiento. Ser honestos con el otro acerca de los celos puede iniciar conversaciones productivas sobre lo que podría estarle faltando a la relación y cómo reparar el lazo.
No hay ninguna cura instantánea para los celos. Pero aceptar que los celos son normales, desafiar los pensamientos negativos y practicar la consciencia plena pueden ayudar a reducir la fuerza de los celos. Cuando los celos son abrumadores, hablar con un psicólogo puede ayudar mucho.
Muchas personas sienten "celos retrospectivos" o celos por el pasado de una pareja. Reconocer que esos sentimientos son normales puede ayudar, así como hacer un esfuerzo para enfocarse en el presente. Interrogar a una pareja sobre sus amantes anteriores o buscar garantías todo el tiempo probablemente solo aumentará los celos.
Los celos suelen estar motivados por inseguridades o miedos. Es esencial mostrar compasión a nuestros seres queridos ante estos sentimientos difíciles. Deben hablar abiertamente sobre lo que activa sus celos y qué cambios se podrían hacer para ayudarles a sentirse menos molestos. También se deben negociar límites que se sientan aceptables para ambas partes.
Los celos pueden cruzar fácilmente la línea al comportamiento controlador. Si una pareja, amigo o ser querido monitorea nuestro comportamiento o ubicación, hace acusaciones falsas completamente irreales o intenta aislarnos de la gente que le provoca celos, la relación se ha vuelto enfermiza y potencialmente peligrosa. Es momento de buscar ayuda.
Los celos y la envidia son sentimientos similares, pero no son lo mismo. Los celos siempre involucran a un tercero percibido como rival para recibir afecto o atención. La envidia ocurre solo entre dos personas y se resume en "quiero lo que tú tienes." Por ejemplo, alguien podría sentir envidia de la riqueza de otro, o de su estatus o aspecto.
La compersión es otro sentimiento vagamente relacionado con los celos románticos o sexuales. La compersión ocurre cuando, en lugar de sentirnos angustiados por que una pareja se involucre emocional o sexualmente con alguien más, nos sentimos felices con ello. La compersión suele discutirse dentro del contexto del poliamor y otras relaciones no-monógamas por consenso.
Sé honesto sobre lo que sientes y trabaja directamente para resolver cualquier problema subyacente (como la desigualdad dentro de la relación o sentimientos personales de insuficiencia). Podría ayudar que quien siente envidia persiga caminos concretos, como un cambio de carrera o una nueva rutina de ejercicios, para impulsar la autoeficacia y autoestima.
