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Verificado por Psychology Today

Agresión pasiva

Cómo entender y manejar a las personas amargadas

Las personas emocionalmente amargadas pueden ser frustrantes, pero comprenderlas ayuda.

Con el fin de entender mejor un concepto, suele ser útil definirlo primero. El sentimiento emocional de amargura es una mezcla compleja de diferentes emociones. Ekman, Friesen y Ellsworth (1972) identificaron seis emociones humanas básicas: sorpresa, disgusto, felicidad, tristeza, enojo y miedo. Si piensas en la amargura, probablemente te des cuenta que el sentimiento no está restringido a solamente una de esas seis emociones básicas.

Algunos teóricos conceptualizan la amargura emocional como resentimiento y el resentimiento es probablemente el constructo emocional más cercano a la amargura. Se ha establecido ampliamente que el resentimiento está asociado con la ira y su efecto cumulativo, en particular. La amargura podría describirse mejor como la mezcla de dos de las emociones esenciales descritas anteriormente: enojo y tristeza.

Parte de lo que hace de la amargura una emoción compleja es que también incluye decepción, o la experiencia de haber sido decepcionado como un patrón de comportamiento con el tiempo. La decepción es una emoción compleja también, porque la decepción involucra tristeza, pero también incluye otras capas. Si piensas en la decepción, te das cuenta de que el enojo también podría ser parte de la mezcla (sentir enojo porque las cosas no salieron mejor o porque tus necesidades particulares no fueron satisfechas).

Como he delineado, las emociones son difíciles de definir con precisión ya que los parámetros de las emociones no están sujetos a una ciencia natural basada en hechos. Pero es razonable concluir que el sentimiento de amargura involucra una mezcla de emociones y que la sensación se compone de un subconjunto de sentimientos múltiples, incluyendo tristeza, enojo y decepción.

Toma un momento para considerar a una persona en tu vida a quien consideres amargada. Muy probablemente, tu evaluación estará basada en la percepción de que ese individuo en particular suele estar enojado, triste o decepcionado y que el individuo puede ser negativo y crear negatividad y conflictos en sus interacciones sociales.

El efecto de estar alrededor de alguien emocionalmente amargado es tan complejo como el constructo de la amargura en sí. Las personas amargadas pueden detonar un rango de emociones en los demás, muchas de las cuales son negativas y molestas.

Los individuos amargados tienden a tener interacciones sociales conflictivas con muchas personas, no solo contigo. En las relaciones, ya sean personales y profesionales, es natural y socialmente esperado que se tomen las cosas personalmente. En otras palabras, si un individuo en particular está hablando contigo, ¿por qué no deberías tomar las cosas que dice de forma personal? El punto más crucial a recordar con individuos amargados es que su personalidad negativista dicta la mayor parte de sus interacciones con todos, no solo contigo. Sin la empatía que se espera de los adultos y dada su tendencia a operar desde una perspectiva de echar culpas, se entiende que las interacciones sociales del individuo serían en su mayoría negativas y complejas. Después de todo, la mayoría de los hombres y las mujeres han incorporado convenciones sociales como una función del desarrollo socializado.

Los individuos amargados rompen con lo que se espera socialmente y de acuerdo con su desarrollo, de los adultos “normales”. Debido a que los hombres y mujeres amargados no suscriben o no son capaces de aceptar y seguir lo que se espera en las interacciones sociales entre adultos, estos individuos tienden a tener relaciones conflictivas y problemáticas en múltiples esferas de sus vidas. A pesar de que es contraintuitivo, es crucial recordar que el comportamiento de los individuos amargados refleja un patrón que no tiene nada que ver contigo y tiene más que ver con su ira, decepción y tristeza acumuladas.

Las personas amargadas pueden participar en comportamientos pasivo agresivos y estar en el lado receptor de tales comportamientos suele ser frustrante. El comportamiento pasivo agresivo se refiere a la resistencia indirecta hacia las demandas de los demás, lo que significa que los individuos participan en comportamientos que son, de raíz, negativos e iracundos, pero presentados de una manera confusa y matizada. En términos sencillos las personas se confunden por el comportamiento pasivo agresivo de los demás porque estar en el lado receptor del comportamiento negativista y sutilmente hostil es confuso y poco claro, y también angustiante. Las personas amargadas suelen recurrir a comportamientos pasivo agresivos como una descarga para los sentimientos de decepción, tristeza y enojo que los dominan.

Los individuos suelen operar desde una perspectiva nada empática y culpabilizadora. En sus relaciones personales y profesionales, las personas amargadas suelen culpar a otras cuando las cosas salen mal o cuando las cosas no funcionan como querían o esperaban. Debido a que su impulso de asignar responsabilidad externamente o culpar a otras vence las expectativas socialmente sancionadas de justicia en las relaciones, no muestran empatía hacia otros en muchas situaciones.

En breve, las personas amargadas están tan preocupadas por el conjunto de sentimientos negativos con el que viven que no tienen suficiente de la proverbial mente despejada como para practicar respeto mutuo y aceptación de los sentimientos y necesidades de los demás. Las personas en relaciones profesionales y personales cercanas a individuos amargados suelen sentir que nunca podrán “ganar” con estas personas; siempre terminan sintiendo que nada de lo que hacen suele ser lo suficientemente bueno o inevitablemente son arrastrados a conflictos confusos y molestos o a interacciones ligeramente tensas.

Los individuos amargados inevitablemente tendrán un impacto negativo si te involucras con ellos de cualquier manera significativa cuando son detonados. Es importante tener en cuenta que los hombres y mujeres que se han vuelto emocionalmente amargados no son necesariamente amargados, pasivo agresivos y buscadores de conflictos todo el tiempo. Como todo el mundo, tienen buenos y malos momentos, pero simplemente tienen más malos que buenos. La clave es notar cuándo el estado de ánimo del individuo se ha detonado negativamente; estos son los momentos en los que son propensos a involucrarse en conflictos y a tratar, consciente o inconscientemente, de inducir los mismos sentimientos negativos en alguien más. Los hombres y mujeres amargados sienten una mezcla de emociones negativas poderosas que no pueden manejar. Como resultado, buscan descargar estos sentimientos negativos en el objeto más cercano para no tener que "cargarlos" solos por más tiempo. Aunque a las personas amargadas les costaría admitirlo, mi experiencia clínica me dice que ver que han molestado a otros es, de la manera más confusa y aparentemente sádica, algo gratificante para ellos. En otras palabras, pueden sentirse mejor porque hicieron a alguien sentirse peor.

Por frustrantes y negativas que puedan ser las personas amargadas, reúne toda tu paciencia y compasión y recuerda que las personas felices, aquellas que se sienten amadas, cuidadas y respetadas, no son negativas y no siguen un patrón de maltratar ni molestar a los demás. Las personas amargadas, de nuevo, aunque nunca lo admitirían, deben contener emocionalmente y cargar una cantidad abrumadora de ira, tristeza y decepción, y, a menudo sienten enojo hacia sí mismos en secreto y son esclavizados por ello.

Si bien no son lo que otros denominan coloquialmente personas "malas", la realidad es que son personas emocionalmente heridas. Estos hombres y mujeres aún no han descubierto cómo manejar sus propios sentimientos negativos de una manera que les permita cumplir con las expectativas normales que la gran mayoría de los adultos tiene para las interacciones sociales. El enfoque más saludable es evitar al individuo amargado cuando se activa.

Si esa persona es alguien de quien debes depender (un padre, un jefe o un compañero de trabajo), con frecuencia no involucrarse no es una opción. En estos casos, es mejor comprender que la mejor manera de abordar las interacciones es recordarte constantemente estos puntos a lo largo de la interacción: tu dependencia de esa persona no durará para siempre; debes distraerte en el momento pensando en otras cosas para no internalizar las emociones negativas que se te imponen; necesitas concentrarte e incluso visualizar un futuro en el que esa persona no tendrá el mismo poder o control sobre ti.

Facebook image: fizkes/Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Seth Meyers Psy.D.

El Dr. Psic. Seth Meyers, es psicólogo clínic, experto invitado en televisión, autor y experto en relaciones.

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