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Los puntos clave
- Muchos de nosotros tenemos hábitos, comportamientos y creencias que nos impiden ser quienes queremos ser.
- Los más comunes son la evitación, tener hábitos negativos o atraer personas negativas.
- Una vez que reconocemos nuestros obstáculos, tenemos la oportunidad de cambiar.
- Necesitamos tanto acción como apoyo.
A pesar de todo lo que se habla de vivir tu potencial, seguir tus sueños y ser tú mismo, la mayoría de nosotros tenemos discapacidades. A menudo, lo que nos frena no es el contenido de nuestras vidas (falta de dinero, malas relaciones, educación limitada), sino la forma en que manejamos nuestras vidas, nuestro propio conjunto de creencias, comportamientos y hábitos que, como rocas gigantes en medio de un camino, bloquean nuestro camino hacia vivir la vida que realmente queremos vivir. Estos son algunos de los más comunes.
Lo que evitas
¿Conflicto? ¿Desafíos? ¿Cambios? ¿O, para llevarlo a un nivel cotidiano, hablar con tu supervisor sobre tu salario, responder a un ping de una aplicación de citas, pagar tus facturas? A menudo, hay un patrón, tu propia lista de cosas que evitas. Sean lo que sean, el factor subyacente es el miedo: emociones fuertes y que a los demás no les gustes, que no te vaya lo suficientemente bien o que fracases, o que lidies con lo inesperado.
El problema de evitarlo no es solo que evites el problema por un tiempo, sino que el proceso de evitarlo es difícil de romper porque funciona: te sientes mejor ignorando esas facturas o quedándote en casa en lugar de ir a una cita para tomar un café. Con el tiempo, tu dependencia de evitar te hace sentir mejor y tu mundo parece más seguro pero cada vez más pequeño. Desafortunadamente, avanzar en tu vida a menudo no incluye sentirte mejor.
Lo que te atrae negativamente
De alguna manera, podemos pensar en la evitación como una atracción negativa aprendida, pero más comúnmente, pensamos en cosas como las adicciones (al alcohol, las drogas, el sexo, el juego) que se apoderan, se convierten en ese mono sobre tu espalda y, debido a que tan fácilmente se convierten en lo que vienes a construir en tu vida, es solo cuestión de tiempo hasta que queden pocas cosas para construir tu vida.
Lo que crees, la historia que te cuentas a ti mismo
Las creencias pueden surgir de la fe o la experiencia, pero independientemente de la fuente, se tratan del filtro a través del cual ves la vida. Algunas personas tienen creencias optimistas: la vida es buena; puedo lograr lo que quiero; puedo confiar en que otros me ayuden. Pero para muchos otros, las creencias son negativas: la vida es una lucha, no puedo tener éxito, no puedo confiar en los demás. Se convierten en la base de la historia que creamos y nos contamos a nosotros mismos, e instintivamente encontramos personas para continuar interpretando a los personajes de nuestra historia.
Si tu historia es negativa, llena de trauma (fuiste abusado cuando eras niño o estuviste en una relación abusiva cuando eras adulto), es posible que no solo te encuentres aguantando a tu pareja crítica o tu jefe intimidante, sino reproduciendo automáticamente las viejas cintas de diálogo interno en tu cabeza. Que tal vez sea tu culpa o si simplemente descubrieras los pasos de baile perfectos, te tratarán mejor. Estas personas bloquean tu camino no solo tratando de evitar que crezcas, sino que reconfirman tu autoimagen que dice que mereces lo que obtienes y que no puedes lograr lo que deseas.
Lo que has dejado de esperar
Se trata de creer, una creencia que se convierte en resignación. A pesar de tus mejores esfuerzos frente a todo lo que la vida te ha arrojado, lo has logrado; la vida te ha vencido y no puedes ir más allá. Has renunciado al éxito, a encontrar a la persona adecuada o a cambiarte a ti mismo. Cuando no hay esperanza, no hay deseo. No es tanto que el camino esté bloqueado, sino que has dejado de caminar. Te rindes y tomas lo que hay.
Avanzar y dejar ir las viejas costumbres
Todos tenemos algo que nos frena, arraigado en la lucha por encontrar formas en nuestro pasado para sobrellevar la situación: culparnos a nosotros mismos porque fuimos abusados, apoyarnos en nuestra adicción para ayudarnos a sanar el dolor del trauma, la depresión, la culpa, aferrarnos a nuestras creencias para ayudarnos a darle sentido a un mundo aparentemente sin sentido. Pero a menudo, el verdadero obstáculo ya no es el obstáculo en sí mismo, sino que nos aferramos a algo que hemos superado. Nos damos cuenta de que las viejas formas de afrontamiento ya no se ajustan a quienes somos o queremos ser. Si eso es cierto para ti, ahora tienes la oportunidad de abordarlos.
El punto de partida simple es dejar de hacer lo que estás haciendo y dejar de creer lo que sigues diciéndote a ti mismo. Sí, es más fácil decirlo que hacerlo, pero realmente es así de simple. Si evitas conflictos, desafíos y cambios, debes aprender a abordarlos. Si te atraen los hábitos negativos o las personas negativas, debes detenerte. Si tus creencias te mantienen encerrado en una visión del mundo y de otros que te convierten en una víctima, necesitas probar nuevas creencias. Si has perdido la esperanza, necesitas reavivar ese fuego.
Simple, pero el desafío está en llegar allí. Aquí, necesitas apoyo, asesoramiento y tal vez medicamentos para reducir tu miedo y poder seguir adelante. La clave es la acción: hacer algo diferente, dar pequeños pasos y tener la fuerza de voluntad o el apoyo para seguir avanzando en lugar de esperar hasta que te sientas mejor. La clave es la paciencia: No esperes un cambio de imagen rápido, tu cerebro no funciona de esa manera. Necesita unos meses, al menos, para crear nuevos patrones y hábitos que reemplacen los viejos.
Pero la clave más importante es estar comprometido con una cosa, la única cosa que marcará la diferencia en tu vida en este momento. El compromiso crea motivación; la motivación crea cambio.
¿Estás listo para seguir adelante?
A version of this article originally appeared in English.
