¿Tu pareja se niega a ir a terapia de parejas?

Cuando les pregunto a las parejas en mi oficina: “¿Qué los trajo aquí?” a menudo, escucho a alguno de los dos responder: “No sé, fue su idea. No sé por qué estoy aquí”.

Es una respuesta honesta, y con la que podemos trabajar. Hay muchas razones por las que las parejas dudan en comenzar la terapia juntas. Algunos no creen que la terapia de pareja realmente mejore las relaciones. Muchos creen que en realidad puede empeorar los problemas de la relación y que es mejor tratar de seguir adelante (o esconder los problemas debajo de la alfombra). Otros están preocupados por el costo y si valdrá la pena la inversión. Incluso otros temen que se les culpe por los problemas en la relación, que su pareja y el terapeuta los “ataquen”. En pocas palabras: la terapia de pareja requiere ser vulnerable con tu pareja y un extraño, y eso es algo aterrador.

Solía ser que los terapeutas de pareja “adivinaban”cómo mejorar las relaciones. Ahora, lo tenemos reducido a una ciencia. Uno de los métodos de terapia de pareja más efectivos es la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE); el 90% de las parejas mejoran su relación cuando utilizan TFE. Así que sí, funciona. Como psicólogo, he visto a muchas parejas que se presentan con problemas de relación muy serios (peleas intensas, al borde del divorcio) y salen de mi oficina meses después con un vínculo mucho más seguro y satisfactorio. Rompen con sus patrones negativos y destructivos y terminan mostrando admiración y afecto el uno por el otro. El papel del psicólogoes identificar patrones negativos en una relación y facilitar conversaciones que lleven a las parejas más allá de su patrón negativo y hacia la conexión. Es importante que ambos sepan que la mayoría de los ciclos negativos en las relaciones son sistémicos, lo que significa que son producto de la dinámica de la relación, no un problema causado por cualquiera de los dos por sí solo, y la terapia de pareja puede ayudar a las parejas a ver estas dinámicas más claramente y aprender a sanar de ellas.

Si tu pareja se niega a ir a terapia de pareja, no entres en pánico. Su miedo es válido; ir a terapia de pareja es aterrador para la mayoría de las personas. Tiene mucho sentido si tiene miedo e incluso se resiste. Probablemente, duda porque tiene miedo de empeorar las cosas en la relación: no quieren perderte; quieren estar contigo de la mejor manera que saben. La clave para una buena relación, en esencia, es poder aceptar la vulnerabilidad de tu pareja con aceptación, comprensión y apoyo. Comienza por sentir curiosidad acerca de su miedo a indagar en la relación. Puede ser que no quiera meterse en problemas contigo y tenga miedo. Dile que aceptas este miedo y que estás ahí para darle apoyo, siempre. Mira qué pasa.

Si tu pareja no quiere correr el riesgo de ver a un profesional, siempre pueden comenzar con algo que le parezca menos importante, como leer juntos un libro sobre cómo conectarse mejor (recomiendo Love Sense de Sue Johnson) o completar un curso por Internet. También puedes probar la terapia individual para trabajar en tu propio papel en el patrón de relación negativa; sabemos que si una persona cambia su comportamiento en una relación, esto puede cambiar la forma en que funciona toda la relación.

Es natural sentir aprensión acerca de probar la terapia de pareja. El trabajo de relaciones no es para los débiles. Tu pareja y tú tendrán que profundizar en cosas difíciles que pueden haber estado evitando, y pueden generar algunas emociones difíciles. Sin embargo, si eres quien aún no se decide, debes saber que lo más probable es que valga la pena el desafío y la inversión. La terapia de pareja funciona, y la ciencia lo demuestra. Cuando haya terminado, podrías tener un compañero o compañera de por vida que estará allí para consolarte y apoyarte en los momentos difíciles y traer más alegría a tu día a día. Enfrenta tus problemas de frente con un profesional calificado, haz el trabajo, no te arrepentirás.

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