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Verificado por Psychology Today

Felicidad

¿Sufres de seriedad crónica?

Esta “condición” común surge con frecuencia en la edad adulta.

Los puntos clave

  • Aunque no es un diagnóstico psiquiátrico, la gravedad crónica puede afectar significativamente tu bienestar.
  • Esta condición a menudo se desarrolla gradualmente a medida que asumes más responsabilidades de ser adulto.
  • Si bien puede ser una afección a largo plazo, la gravedad crónica es reversible con prácticas sencillas.
Monkey Business/Adobe Stock
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Si has sido adulto durante mucho tiempo, es muy probable que hayas experimentado una afección que llamaré seriedad crónica.

Si bien este definitivamente no es un diagnóstico oficial, aun así sugeriría que es una afección grave. Los síntomas típicos que he observado incluyen:

  • una ausencia de diversión
  • dificultad para sonreír o reír
  • preocupación por la productividad
  • abandono de pasatiempos
  • suspiros frecuentes
  • esfuerzos continuos de superación personal
  • sentirse al borde
  • mayor conciencia de lo que podría salir mal
  • estricto cumplimiento de las rutinas
  • poca paciencia para la frivolidad
  • falta de creatividad

Como dejan claro estos síntomas, la gravedad crónica no es motivo de risa.

Inicio y desarrollo

La seriedad crónica tiende a tener un inicio insidioso. Por lo general, comienza con alguien siendo un adulto responsable y ocupándose de todas las cosas que forman parte de la edad adulta. Pero con el tiempo puede transformarse lentamente en algo más siniestro. Puede comenzar a temer que las cosas se desmoronen sin su constante vigilancia y preocupación.

Pronto, la diversión y el juego empiezan a parecer distracciones no deseadas de todos los discos que hacen girar tu vida. Piensas que el único enfoque seguro es vivir lo más cuidadosa y conscientemente posible: ser bueno, seguir las reglas, respetar el horario, hacer las cosas, planificar el futuro, comer bien, estar al tanto de todo.

Con el tiempo, es posible que te des cuenta de que has abandonado todos tus pasatiempos, o que los que todavía tienes son asuntos muy serios. Tus amistades también empiezan a marchitarse; el tiempo que pasas con amigos tiende a estar orientado a tareas, como ir al gimnasio.

Es difícil ver una película o relajarte con la familia sin que tu mente revise continuamente tu calendario o tu lista de verificación mental de preocupaciones actuales. Si tienes una práctica religiosa o espiritual, también adquiere un tono serio. Podrías empezar a creer que tomarse todo muy en serio es de alguna manera el bien más elevado.

Cuando estás en las garras de una seriedad crónica, todo parece un gran problema. Las decisiones pueden ser angustiosas porque la posibilidad de cometer un error parece tener graves consecuencias. Con tanto en juego, incluso las cosas divertidas dejan de ser agradables.

No existen estimaciones oficiales de su prevalencia, pero la gravedad crónica puede ser especialmente común en la mediana edad, cuando las exigencias de tiempo y energía pueden ser abrumadoras. No es sorprendente que esta condición pueda llevar a la depresión; muchos estudios han demostrado que realizar actividades divertidas e importantes es esencial para mantener el estado de ánimo en un rango saludable.

Remedios

Si crees que podrías estar experimentando seriedad crónica, bríndate un poco de compasión. Ciertamente no estás por tu cuenta en la seriedad y esto no es señal de ningún defecto por tu parte. Y no te desesperes: si bien la afección es crónica, no tiene por qué ser permanente. Estos pasos pueden ser útiles en la recuperación.

  • Ríete un poco de ti y de lo carente de humor que te has vuelto. Hay algo un poco cómico en ser tan serio. Tomarse muy en serio a uno es una característica clave de la seriedad crónica, por lo que tener la disposición a reírte de ti es uno de los mejores remedios.
  • Introduce gradualmente más diversión en tu vida. Esto podría dar un poco de miedo al principio, ya que la diversión puede parecer una distracción peligrosa de lo que “realmente” se supone que debes hacer. Comienza con una actividad modesta por día y ve aumentando desde allí.
  • Date la oportunidad de “desconectarte” del constante sentido del deber y la obligación cuando estés haciendo algo que disfrutes. Una vez más, esto puede resultar incómodo al principio, como dejar de mantener mentalmente el avión en el aire como pasajero de una aerolínea. Deja que tu cerebro aprenda que las cosas pueden estar bien incluso sin tu atención y preocupación continuas.
  • Practica un poco de judo sobre tu seriedad crónica: recuerda que divertirte es muy importante. Hay pocas cosas mejores para la salud que reírse mucho.
  • Encuentra actividades que no tengan un objetivo o meta más allá de la experiencia misma. No son inversiones para el futuro ni son obviamente buenas para ti. Por ejemplo, siéntate afuera y observa lo que notas, o garabatea sin rumbo fijo durante 15 minutos.
  • Pasa tiempo con los niños. A menos que termines con Merlina Addams, es casi seguro que los niños traerán algo de ligereza a tu vida.
  • Haz algo inesperado: corre por tu casa en medio de un aguacero. Cuenta un chiste sucio. Aprende a hacer malabarismos. Ponte algo tonto. La sorpresa es la esencia del humor y se ha demostrado que el humor trata eficazmente la gravedad crónica.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Seth J. Gillihan PhD

El Dr. Seth J. Gillihan, es un psicólogo con licencia y autor especializado en la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).

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