Por qué somos tan duros con nosotros y no con los demás

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¿Alguna vez has notado cuánto más amable eres con tus amigos que contigo?

Consolamos a nuestros amigos y alentamos sus metas, pero nos criticamos constantemente a nosotros mismos. Repasamos cada error. Nos comparamos con los demás. No nos sentimos lo suficientemente buenos o dignos para nuestros propios sueños. Es interminable.

El diálogo interno negativo cumplió un importante propósito evolutivo. Proviene de la red de modo predeterminado, un circuito cerebral que ayudó a las personas a sobrevivir alineando sus intereses con las normas del clan. Sigue los estándares del grupo y mantente a salvo; si te salías de la línea, te arriesgabas al ostracismo y a la muerte potencial. Esta es la razón por la cual el modo predeterminado es autodirigido y crítico: está tratando de mantenerte con vida.

Irónicamente, como el modo predeterminado nos arenga con lo que hicimos mal, responde con empatía y apoyo a nuestros amigos. Se preocupa por ayudar a los demás.

Entonces, ¿cómo podemos cambiar el guión y comenzar a tratarnos a nosotros mismos con el cuidado que brindamos a nuestros amigos? Empezamos por entender cómo opera la autocrítica:

1. Es automático. Cuando no te enfocas activamente en algo, se ejecuta la red de modo predeterminado. Escuchamos pasivamente estos pensamientos. A menudo se sienten más reales que la vida misma, interrumpiendo nuestras relaciones, nuestra capacidad para concentrarnos y dormir.
2. Lo creemos. Escuchar la autocrítica genera rumiación. Por ejemplo, alguien que está de duelo por la pérdida de un ser querido podría pensar: “Hoy siento mucho cansancio y depresión”, y luego pensar: “¿qué me pasa? ¿Por qué no puedo superar esto’”, y luego, “tal vez no puedo manejar nada”. Cuando tratamos de dar sentido a nuestros pensamientos, caemos en espiral.
3. Damos forma a nuestras vidas con base en ello. El modo predeterminado es la voz que te hace sentir que no eres suficiente: ni lo suficientemente bueno, ni lo suficientemente digno, ni lo suficientemente digno de amor, ni lo suficientemente exitoso. Te convence de que serás feliz y seguro cuando logres cualquiera que sea tu concepto externo de éxito, ya sea perder peso o vivir en una casa grande. Sin embargo, cuando llegas allí, mueves el poste de la portería, porque la red de modo predeterminado es un sistema de vigilancia. Solo se preocupa por las amenazas presentes, por lo que encontrará nuevas inseguridades. Nunca nada será lo suficientemente bueno.

Cuando dejamos de escuchar la red en modo predeterminado, comenzamos a escuchar nuestra voz auténtica. Dejamos de lado las expectativas externas y el deseo de “mantenernos al día con los vecinos”. Damos un paso más completo en nosotros mismos.

A continuación, entra en modo amigo. Cuando tus pensamientos te superen, piensa en lo que dirías si un amigo compartiera esas cosas. Escribe tus respuestas en un diario. Cuando enfocamos activamente nuestra atención en responder y escribir, nos saca de la espiral de diálogo interno negativo y nos permite acceder a nuestro lado solidario..

Puedes dar un paso más allá imaginando a tu Ser Superior como un cuidador. Visualiza subiendo al regazo de tu Yo Superior y tranquilizándote. Respira hondo y siente el abrazo. Esta visualización te brinda una experiencia de bondad amorosa de la que tan a menudo nos privamos.

Es hora de que descartemos nuestra máquina automática y primitiva del miedo. Es hora de que nos tratemos como tratamos a nuestros amigos.