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Verificado por Psychology Today

Medio ambiente

Las ondas de calor y tu salud mental

Las temperaturas excesivas pueden afectar tu cerebro tanto como tu cuerpo.

Los puntos clave

  • El calor excesivo puede afectar el bienestar mental de las personas de manera importante.
  • Los efectos sobre la salud mental deberían ser parte de la conversación sobre el cambio climático.
  • El calor extremo y el agotamiento por calor pueden exacerbar las condiciones de salud mental existentes.

A medida que las temperaturas aumentan y se mantienen altas en muchas partes del mundo este verano, muchas personas sienten los efectos, no solo en sus cuerpos, sino también en sus estados de ánimo y emocionales. Desde disminución de energía e irritabilidad hasta trastornos del sueño y mayor aislamiento en el hogar, el calor excesivo puede afectar el bienestar mental de las personas de manera importante.

¿Qué tiene que decir la ciencia al respecto? Una revisión de la literatura publicada en 2023 en Health Science Reports intenta responder esa pregunta.

Dado que la preocupación por el cambio climático es cada vez mayor, es importante que se implementen estrategias más proactivas que reconozcan el papel del calor en la salud mental. Dado que la depresión y la ansiedad ya están en niveles problemáticos, es imperativo que los efectos en la salud mental formen parte de la conversación sobre el cambio climático.

El artículo de Health Science Reports, cuyo autor principal, Moustaq Karim Khan Rony, está afiliado al Departamento de Salud Pública de Bangladesh, implicó una revisión de la literatura de naturaleza multidisciplinaria. Se incluyeron estudios de ciencias ambientales, psicología, salud pública y estudios climáticos. Los resultados subrayaron que con cada aumento incómodo de temperatura, son posibles varios efectos sutiles pero significativos, comenzando con un aumento de la ansiedad. Cuando la respuesta del cuerpo al estrés se activa con las altas temperaturas, se liberan cortisol y epinefrina en mayores cantidades. Esto puede empeorar la ansiedad existente y crear angustia en quienes antes estaban tranquilos. La sensibilidad emocional también aumenta, lo que lleva a las personas a sentirse más fácilmente molestas, más propensas al conflicto y la frustración y más impacientes.

A medida que las personas se deshidratan aún más con el calor, es posible que se produzcan cambios cognitivos, como un aumento de la niebla mental o la confusión. La deshidratación puede incluso comenzar a imitar los síntomas del pánico, con aumento del ritmo cardíaco, respiración superficial y aturdimiento. Las altas temperaturas prolongadas pueden alterar los ciclos diarios del estado de ánimo de múltiples maneras al alterar el sueño y aumentar las fluctuaciones hormonales.

Con el tiempo, las personas tienden a mostrar una menor capacidad para afrontar el estrés, lo que puede afectar sus relaciones interpersonales y su desempeño laboral, y hacerlas menos adaptables. Además, el malestar físico que conlleva el calor excesivo puede provocar falta de motivación, disminución del entusiasmo y disminución de la energía. Esto puede estar asociado con una mayor sensación de impotencia e incluso desesperanza.

En el lado más grave, el calor extremo y el agotamiento por calor pueden exacerbar las condiciones de salud mental existentes. Cuando la temperatura del cuerpo aumenta hasta un cierto nivel que es incompatible con el funcionamiento normal del cerebro, incluso se pueden observar síntomas psicóticos. Las personas con trastorno bipolar pueden ver exacerbados sus síntomas maníacos durante las olas de calor.

Por supuesto, a medida que aumentan las temperaturas, no todos se ven afectados por igual, no sólo por su estructura psicológica individual, sino también por su estatus socioeconómico. Las personas que viven en condiciones de hacinamiento sin un control adecuado de la temperatura interior, las personas cuyos trabajos no les permiten la flexibilidad del tiempo en interiores y las personas que no tienen los recursos para enfriar adecuadamente su espacio vital (o que no tienen espacio para vivir) son aún más propensas a los peligros físicos y los efectos psicológicos del calor excesivo. Las personas mayores pueden ser particularmente susceptibles a los efectos negativos del calor y también pueden ser más propensas a vivir aisladas sin que alguien se asegure inmediatamente de que están bien.

Mientras los científicos del clima trabajan en la planificación de los efectos de los cambios venideros, es imperativo que no miremos este problema simplemente desde una perspectiva ambiental o sociológica. Los cambios psicológicos individuales, como los que podrías sentir si te has encontrado con temperaturas excesivamente cálidas o húmedas este verano, probablemente también empeorarán sin una mitigación adecuada.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Andrea Bonior Ph.D.

Dra. Andrea Bonior, es psicóloga clínica y oradora en la facultad de la Universidad de Georgetown. Es autora de Detox Your Thoughts: Quit Negative Self-Talk for Good y Discover the Life You've Always Wanted.

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