Evidencias encontradas en el cerebro sobre el suicidio en los jóvenes

En la Universidad Estatal de Carolina del Norte, se enfrentaron a su cuarta muerte por suicidio este año en noviembre. Las universidades de todo el país han informado que la salud mental de los estudiantes universitarios se encuentra en un estado de crisis. Los centros de consejería en los campus tienen un rezago debido a la demanda de servicios por parte de los estudiantes. Recientemente, en mi propia universidad, la facultad y el personal recibieron una solicitud del Vicedecano de Estudiantes de que consideremos participar en la capacitación para prevención del suicidio en preparación para el semestre de primavera de 2023. Una vez completada la capacitación, el cuerpo docente y el personal no estarán calificados para brindar terapia o asesoramiento, pero estarán autorizados para conversar con los estudiantes sobre las dificultades con sus compañeros de cuarto, las clases, estar lejos de casa y otros problemas o preocupaciones personales que no sean de crisis. Este es solo un ejemplo de los esfuerzos para ayudar con la situación.

El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Los investigadores son conscientes de esta realidad; por lo que están constantemente ocupados proporcionando nuevas investigaciones para arrojar luz sobre los pensamientos y comportamientos suicidas (STB, por sus siglas en inglés) entre los jóvenes. Cuanta más evidencia adquieran los investigadores, se puede utilizar potencialmente para ayudar con los esfuerzos de prevención e intervención.

Los adultos jóvenes en los campus demandan servicios de salud mental.

Source: Monstera/Pexels

El polo frontal

Un colectivo de investigadores, El consorcio de pensamientos y comportamientos suicidas ENIGMA (por sus siglas en inglés), reunió evidencia de 21 estudios internacionales para analizar datos de neuroimagen en múltiples sitios (van Velzen, Dauvermann, Colic, et al. 2022). El conjunto de datos era grande y permitió a los investigadores evaluar alteraciones cerebrales estructurales comunes en una variedad de condiciones clínicas en personas jóvenes. El propósito era examinar la estructura y la forma del cerebro potencialmente asociadas con pensamientos y comportamientos suicidas entre jóvenes de 8 a 25 años.

Los investigadores estudiaron una submuestra de 577 participantes clínicamente similares (trastorno de depresión mayor, trastorno bipolar) (de 11 a 25 años) que completaron la Escala de Calificación de Gravedad del Suicidio de Columbia (C-SSRS por sus siglas en inglés). Esta submuestra fue examinada en una fase de la investigación. Se revelaron hallazgos significativos sobre el área del polo frontal de los jóvenes en base a comparaciones de aquellos con un historial de pensamientos e intentos suicidas de por vida en relación con aquellos que no tienen ese historial (van Velzen, Dauvermann, Colic, et al., 2022) .

Los investigadores encontraron que el área de superficie del polo frontal era menor en los jóvenes con trastornos del estado de ánimo y antecedentes de intentos de suicidio reales en comparación con aquellos sin intentos de suicidio de por vida. El polo frontal es la porción más anterior del lóbulo frontal de la corteza. En general, el lóbulo frontal gobierna las funciones cognitivas superiores de los humanos, como la memoria, las emociones, el control de los impulsos, la resolución de problemas, la interacción social y la función motora.

Vulnerabilidad

El área de superficie cortical está altamente asociada con la herencia en lugar de estar vinculada a factores ambientales a lo largo del desarrollo humano (van Velzen, Dauvermann, Colic, et al., 2022). Por lo tanto, el estrés de la vida no es un factor principal que contribuya a los intentos de suicidio entre las personas que muestran áreas superficiales corticales/frontales más bajas. Por lo tanto, la explicación de un área superficial cortical inferior es diferente de las explicaciones de los cambios en el grosor cortical. El cambio en el grosor cortical es más relevante para los factores ambientales. Los cambios en el área de la superficie del polo frontal, como se reveló en la investigación del consorcio, pueden representar una vulnerabilidad hereditaria preexistente para intentos de suicidio no interrumpidos y no abortados en adolescentes. Los investigadores concluyeron que se necesita más investigación continua a largo plazo para medir regularmente los cambios cerebrales de los jóvenes para comprender la naturaleza de cualquier cambio y cómo dichos cambios pueden relacionarse con el riesgo de suicidio. Entre las familias que tienen antecedentes de intentos de suicidio, parece que la obtención de imágenes periódicas del polo frontal del joven de la familia podría ayudar con los esfuerzos preventivos del comportamiento suicida.

Si tú o alguien que conoces está teniendo pensamientos suicidas, recuerda que puedes encontrar a apoyo en tu línea de atención local. Aquí puedes encontrar a un terapeuta cerca de ti en el directorio de Psychology Today.