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Hay que señalar desde el principio que no existe la violación consensual. La fantasía de violación o el juego de violación implica un juego de rol sexual en el que uno de los miembros de la pareja interpreta al sumiso (la víctima) y el otro al dominante (el atacante). Los comportamientos que se extienden desde la fantasía de violación son totalmente consensuales. Los términos "fantasía de violación", "fantasía de sexo forzado" o "juego de violación" son nombres incorrectos. Si un individuo está consintiendo al comportamiento sexual, entonces no es violación o sexo forzado. Lo que excita puede ser la idea de ser forzado a tener relaciones sexuales para muchas personas, pero en realidad no quieren ser violadas.
Dicho esto, consentir la fantasía de violación no hace que el juego sea menos complicado. Hay toda una serie de dimensiones y dinámicas que deben abordarse al considerar la posibilidad de caer en la fantasía de la violación.
¿Qué tan común es la fantasía de violación?
La fantasía de violación es más común de lo que puedes suponer. Bivona, Critelli y Clark (2012) encontraron que el 62 por ciento de los participantes, consistentes en 355 mujeres de dos universidades estatales en el suroeste de los Estados Unidos, informaron tener fantasías de violación en diferentes grados de frecuencia y tipo. En los resultados de la encuesta de Lehmiller (2018) de 4,175 adultos en los Estados Unidos, encontró que dos tercios de las mujeres en el estudio tenían fantasías de violación y la mitad de los hombres encuestados informaron tener fantasías de violación.
Tipos de fantasía de violación
Las fantasías de violación no son todas iguales. Existen en diversos grados de fuerza. En sus formas más suaves, puede ser una mera cuestión de sorpresa, por ejemplo, tal vez tu pareja te está esperando detrás de la puerta de tu casa oscura cuando llegues a casa del trabajo. En casos más extremos, los participantes pueden querer ser obligados a participar en actos sexuales que no harían en otras circunstancias. Es posible que incluso quieran sufrir daños leves: moretones por su resistencia juguetona o tal vez quieran ser asfixiados durante el juego de roles. La fantasía de violación puede consistir en todo lo que está en el medio e incluso empujar los límites de estos ejemplos más lejos.
El consentimiento sigue siendo obligatorio
Al considerar la fantasía de violación o el juego de rol sexual forzado, el consentimiento lo es todo. Es por eso que en realidad no es una violación y aquellos que participan en ella no están siendo violados o incluso no quieren ser violados. La pareja debe determinar cuáles son los límites antes de que pueda comenzar cualquier juego de roles de este tipo. Si esos límites no se establecen, entonces tampoco se establece el consentimiento.
¿Qué está fuera de los límites? Descarta ubicaciones. Tal vez la casa siempre está permitida o entrar en el coche en un estacionamiento oscuro, pero el lugar de trabajo nunca está permitido. ¿Y qué pasa con actos específicos? ¿Todo está sobre la mesa? Tal vez cualquier forma de penetración es juego limpio, pero puñetazos, asfixia, o cualquier cosa que pueda sacar sangre no lo es. Hay mucho que considerar al planificar el juego de roles de sexo forzado y todas las dinámicas del consentimiento.
Estigmatización
Como en todo tipo de deseos sexuales, hay quienes estigmatizarán a cualquiera que se excite sexualmente por la fantasía de violación. Aquellos que no encuentran excitación en esta forma de deseo a menudo no pueden entender por qué a otros les gustaría. Y, desafortunadamente, cuando algunas personas no están interesadas en un deseo particular, actúan para avergonzar a cualquiera que lo esté.
Pero aparte de las opiniones sexuales de la población en general, es importante que tu pareja o posible pareja sea consciente de que estás excitado por el juego sexual forzado. Si esa pareja no está dispuesta a participar en fantasías de violación, todo se reduce de nuevo al consentimiento. La mala comunicación sobre este tema puede terminar una relación o impedir el comienzo de una. Los problemas de relación, en varias de las narrativas de los participantes de mi propia investigación, se centraron en la mala comunicación dentro de una relación o la incapacidad de encontrar una pareja basada en los deseos de sexo forzado. No todo el mundo se siente cómodo con la fantasía de violación. Una de mis participantes (mujer, 23 años) relata sus problemas con parejas potenciales:
Soy kinky. Dispuesta a intentar cualquier cosa. Me gusta duro. Empújame, abofetéame, estrangúlame, si dejas un pequeño moretón, significa que me amas. Me encanta cuando es parte de mi fantasía de violación. Pero, es difícil encontrar chicos dispuestos a ceder a lo que quiero. Tienen miedo de hacerme daño, ¡demonios chicos! eso es lo que me excita
La psicología social detrás de la fantasía de violación
¿Cuál puede ser el ímpetu detrás de excitarse por la fantasía de violación? Varios factores internos surgieron en mi investigación. Algunos de ellos incluyeron:
- Tener un sentido de control en respuesta a haber sido agredido sexualmente en el pasado. En mi propio trabajo, es una rareza. Solo he encontrado dos participantes que enumeraron el trauma pasado como punto de origen. Una participante me dijo que su fantasía era representar la situación exacta en la que fue violada para experimentarla con un sentido completo de control de la situación. Se necesita mucha más investigación sobre esta conexión entre el trauma sexual pasado y la fantasía de violación.
- Algunos están interesados en la fantasía de violación puramente por un sentido de aventura sexual o exploración sexual extendida en un entorno controlado. Las personas que he entrevistado que discuten la fantasía de violación de esta manera tienden a tener actitudes sexuales positivas y muestran confianza en su sexualidad. La fantasía de violación es parte de su exploración sexual cognitiva y conductual.
- La fantasía de violación proporciona una excusa para algunos individuos. Si parte del juego de roles consiste en ser obligado participar en comportamientos sexuales que son altamente estigmatizantes, creen que tienen la excusa de que si fueron obligados a hacerlo (incluso en el juego con pleno consentimiento), no se les puede responsabilizar por quererlo. Esta excusa se puede usar con la pareja o con cualquier persona que descubra al individuo involucrado en ese comportamiento sexual en particular. Sin embargo, es una espada de doble filo, ya que si bien puedes convencer a tu amigo de que no debes ser estigmatizado por lo que te obligaron a hacer, todavía te abres al estigma de la fantasía de la violación.
La fantasía de la violación es muy compleja en su estructura y dinámica social. Las implicaciones psicológicas y sociales son expansivas. Sin duda, es necesario que más investigaciones se centren en este tema, a pesar de que es incómodo para algunos. Y los conceptos erróneos sobre la fantasía de la violación, y aquellos que participan en ella, tienen que ser disueltos. Para el propósito del bienestar sexual, lo que debe entenderse es que la fantasía de violación implica el consentimiento y que aquellos que se excitan por ella no quieren ser violados. La mayoría de las veces, aquellos que reportan tener fantasías de violación tienen una actitud sexual positiva y un alto nivel de confianza sexual.
A version of this article originally appeared in English.
