Compartir demasiada información

Una noche, mientras hacía cola en el supermercado, la mujer frente a mí sostenía una canasta llena de helado, chocolate y varias botellas de vino. Avergonzada, me notó mirando su reserva de golosinas. “Me voy a divorciar”, espetó. “Voy a ahogar mis penas”. Ella procedió a contarme sobre su futuro ex marido y dónde había salido mal la relación. Sin saber muy bien qué decir, le ofrecí mis condolencias y le deseé buenas noches.

¿Qué significa compartir demasiado?

Compartir en exceso es el acto de revelar una cantidad excesiva de información personal, generalmente más allá de lo que se considera apropiado o necesario. Podría implicar compartir excesivamente con amigos en Facebook, una posible pareja en una cita o incluso un extraño en la fila del supermercado.

Compartir demasiado es un hábito que muchos de nosotros tenemos de vez en cuando, especialmente cuando pasamos por periodos de estrés o trauma que nos abruman. Pasar por una ruptura o un divorcio, enfrentar problemas en el trabajo, sufrir una enfermedad o perder a un ser querido son cosas que pueden llevarnos a compartir demasiado con otras personas. Puede ser un grito de ayuda, un acto de desesperación en el que el que compartes demasiado buscando consejos y “terapia” informal de cualquiera que puedas. Aquellos propensos a soltar cosas parecen hablar “sin filtro” y también tienden a tener límites porosos. Compartir demasiado puede tener consecuencias negativas cuando una persona revela información confidencial con colegas en el trabajo o se vuelve demasiado personal con alguien fuera de una relación. Compartir demasiado puede crear una falsa sensación de intimidad con los demás.

Compartir demasiado no es una condición clínica. Sin embargo, este comportamiento puede ser común a algunos problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Las personas con TDAH, trastorno bipolar y trastorno limítrofe de la personalidad (TLP) pueden tener tendencia a compartir información excesiva de esta manera. Estas condiciones pueden hacer que las personas sean impulsivas y emocionalmente inestables y, por lo tanto, incapaces de detenerse y pensar en lo que están diciendo. En los casos de trastorno de estrés postraumático (TEPT), compartir demasiado o arrojar el trauma a alguien más puede ser una respuesta al trauma y un mecanismo de afrontamiento.

Cómo dejar de compartir en exceso

Las personas que comparten demasiado a menudo se arrepienten inmediatamente después de hacerlo. Difundir información inapropiada puede provocar vergüenza y pena y también causar vergüenza e incomodidad en quienes la reciben. Quienes comparten demasiado no quieren ser groseros o abrasivos, pero por la propia naturaleza de compartir demasiado, otras personas no siempre están preparadas o calificadas para escuchar estos detalles personales.

Afortunadamente, existen formas de reducir la tendencia a compartir demasiado antes de hablar con otras personas o publicar en las redes sociales. En cambio, quienes comparten demasiado pueden hablar con personas más apropiadas, como amigos y familiares. Sin embargo, deben tener cuidado al hacerlo porque esto puede poner tensión en las relaciones. Quien comparte demasiado necesita tener claros sus límites y luego respetarlos. La mejor solución es la terapia. Al trabajar con un psicólogo autorizado, una persona que comparte demasiado puede hablar con alguien dispuesto y calificado para escuchar y ayudar. También es beneficioso tratar cualquier problema de salud mental subyacente para ayudar a quien comparte demasiado a pensar en las consecuencias de su comportamiento y mejorar su autocontrol.

Puedes encontrar a un psicólogo cerca de ti en el Directorio de Psychology Today