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Verificado por Psychology Today

Redes sociales

Cómo la conversación cotidiana puede mejorar el bienestar

Una nueva investigación explora los beneficios de la charla.

Los puntos clave

  • Interactuar con lazos débiles se asocia con un mayor bienestar.
  • Los lazos débiles pueden incluir compañeros de trabajo con los que ocasionalmente conversas.
  • Las conversaciones frecuentes con lazos débiles y extraños se relacionaron con mayores niveles de bienestar.
Photo by Kampus Production
Photo by Kampus Production

Un gran cuerpo de investigación muestra que las personas con buenas relaciones sociales tienden a ser más felices que aquellas que están más aisladas. Pero, ¿qué pasa con las interacciones sociales más pequeñas y casuales, incluso las interacciones fugaces, como un breve intercambio con el empleado de una tienda de comestibles? Una nueva investigación por Esra Ascigil y colegas recién publicada en la revista Social Psychological and Personality Science explora cómo incluso los intercambios sociales cotidianos más breves podrían afectar el bienestar.

La mayor parte de la investigación sobre las relaciones sociales y el bienestar se ha centrado en las relaciones cercanas, como las que tienen con familiares y amigos. Si bien estas relaciones son importantes, están lejos de ser nuestras únicas conexiones sociales. Además de estos lazos fuertes, también tenemos muchos más de lo que los sociólogos llaman lazos débiles. Estos lazos débiles pueden incluir compañeros de trabajo con los que ocasionalmente conversas junto al enfriador de agua, el vecino con el que hablas cuando sales a pasear al perro por la mañana o el estilista que ves una vez al mes. Otros vínculos sociales pueden ser más débiles, como conversar con un cajero en una tienda de comestibles.

Un pequeño conjunto de estudios sobre este tema ha encontrado que interactuar con lazos débiles se asocia con un mayor bienestar. Por ejemplo, en un experimento, los viajeros del tren de Londres que recibieron instrucciones por parte de los experimentadores para conversar con un extraño durante su viaje informaron más disfrute que aquellos a quienes se les pidió que se mantuvieran callados o no se les dieron instrucciones. En otro experimento, los clientes de cafeterías a quienes se les indicó que tuvieran una interacción genuina con el barista informaron un estado de ánimo más positivo que aquellos a quienes se les dijo que fueran lo más eficientes posible en su interacción.

Para obtener una visión más completa de cómo una variedad de diferentes tipos de interacciones sociales casuales podrían afectar la felicidad, Ascigil y sus colegas preguntaron a las personas sobre todas sus interacciones con lazos débiles y extraños, incluidas no solo las conversaciones, sino incluso pequeños gestos como saludar y agradecer. Dos estudios, uno realizado en Turquía y otro en el Reino Unido, encuestaron a miles de encuestados sobre sus interacciones sociales diarias. Todos los encuestados calificaron su satisfacción general con la vida e informaron con cuántos extraños habían iniciado una conversación en la última semana. Además, para examinar las interacciones con lazos débiles, los encuestados de Turquía también calificaron la frecuencia con la que saludaban, agradecían o iniciaban conversaciones con quienes conocían pero no eran cercanos.

Los investigadores examinaron cómo tanto los lazos débiles como las interacciones con extraños se relacionaban con la satisfacción con la vida. Un desafío al examinar este tipo de datos es que puede ser difícil determinar las relaciones de causa y efecto. Las conversaciones triviales con extraños pueden hacer que las personas sean más felices, como plantearon los investigadores. Sin embargo, también es posible que las personas que son más felices en primer lugar tiendan a ser más amigables y abiertas, y esto hace que interactúen con extraños con más frecuencia. Para abordar esto, los investigadores utilizaron técnicas estadísticas especializadas diseñadas para aumentar su confianza en que cualquier relación entre estas interacciones y la satisfacción con la vida era causa y efecto.

Sus resultados mostraron que tener conversaciones más frecuentes tanto con lazos débiles como con extraños se relacionaba con mayores niveles de bienestar. Si bien es posible que las personas no recordaran con precisión la frecuencia con la que interactuaban con los demás, este estudio, sin embargo, proporciona evidencia intrigante de que incluso la charla trivial más pequeña y superficial podría mejorar nuestro bienestar.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Gwendolyn Seidman Ph.D.

La Doctora Gwendolyn Seidman, es profesora asociada en psicología y presidenta del departamento de psicología en Albright College.

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