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Verificado por Psychology Today

Relaciones

8 Indicadores de una relación tóxica

No todas las relaciones tóxicas son narcisistas, pero todas pueden ser nocivas.

Los puntos clave

  • La toxicidad es un espectro, las relaciones tóxicas van desde poco saludables hasta disfuncionales o abusivas.
  • Hay relaciones que tienen elementos de toxicidad y disfunción sin ser abusivas.
  • Las relaciones tóxicas se pueden mejorar si ambos están dispuestos a superar sus hábitos poco saludables.

En la era de las redes sociales, palabras de moda como “tóxico” y “narcisista” llenan las pantallas de nuestros teléfonos. Como muchos médicos que se especializan en trabajar con sobrevivientes de traumas relacionales, encuentro que mis pscientes con frecuencia buscan orientación sobre la salud y la dinámica de sus relaciones, probablemente debido a que estas conversaciones se están volviendo tan comunes. Una pregunta surge constantemente en primer plano, especialmente para mis pacientes más jóvenes: ¿Podrían sus relaciones ser tóxicas? Esta pregunta por sí sola revela un profundo cambio social en la forma en que percibimos y evaluamos las conexiones que dan forma a nuestras vidas.

Debido a que la generación más joven usa la palabra “tóxico” de manera muy diferente a como lo hacemos nosotros en el sentido clínico, este tema siempre suscita alguna conversación interesante. En el pasado, esta etiqueta estaba reservada para relaciones extremadamente dañinas y abusivas, como aquellas en las que se produce abuso. Sin embargo, la generación más joven utiliza esta palabra con más frecuencia para referirse a dinámicas poco saludables. En lugar de intentar etiquetar la relación de una manera específica, a menudo discutimos los sentimientos y comportamientos que los llevaron a considerar esta posibilidad.

Las relaciones tóxicas pueden manifestarse tanto en contextos románticos como platónicos. En las relaciones románticas, la toxicidad puede implicar manipulación, control, abuso emocional e incluso abuso físico. En las relaciones platónicas, las dinámicas tóxicas también pueden incluir manipulación, pero también chismes, traición o agotamiento emocional constante sin reciprocidad.

Source: Sasin Tipchai / Pixabay
Source: Sasin Tipchai / Pixabay

Debido a que la toxicidad abarca un espectro, existen diferentes tipos de relaciones tóxicas que van desde comportamientos no saludables, que todos podemos exhibir y exhibimos en algún momento de nuestras vidas, hasta disfuncionales o incluso abusivos. Hay relaciones que tienen elementos de toxicidad y disfunción, pero que pueden mejorarse si ambas partes tienen conciencia de sí mismos y están dispuestos a superar sus hábitos poco saludables. Aún así, muchas personas, especialmente a aquellas que crecieron en familias disfuncionales o abusivas se les dificulta reconocer rasgos que pueden considerarse “tóxicos”. Aquí es cuando solemos tener conversaciones sobre qué buscar.

Algunas pistas de posibles relaciones tóxicas incluyen, entre otras, las siguientes:

  1. Comportamientos abusivos: aunque no todas las relaciones tóxicas son abusivas, todas las relaciones abusivas son tóxicas. Este tipo de relación implica que alguien en la pareja ejerza poder y control sobre la otra persona mediante abuso físico, emocional o verbal. Por ejemplo, menosprecio constante, amenazas o violencia física caracterizan una relación abusiva. Nunca hay dudas sobre la toxicidad de una relación abusiva, y si sientes que podrías estar en una, busca apoyo y orientación.
  2. Elementos narcisistas: en una relación narcisista, al menos una de las personas dentro de la pareja exhibe rasgos del trastorno de personalidad narcisista (TPN), como falta de empatía o una necesidad excesiva de admiración. Un ejemplo podría ser una pareja que constantemente busca validación y descarta las necesidades o sentimientos de su pareja. Dependiendo de la fuerza de los rasgos de TPN, así como de la dinámica individual, las relaciones narcisistas pueden variar desde insalubres hasta tóxicas y abusivas.
  3. Anotar los puntos: Esto es más que tener una competencia sana. Es cuando se genera resentimiento debido a que una persona paga más, limpia más, logra más, etc. Esta dinámica surge cuando las parejas se obsesionan con contabilizar las contribuciones de los demás y se resienten por los desequilibrios percibidos. Por ejemplo, alguien podría albergar resentimiento porque cree que contribuye más financieramente o hace más tareas domésticas que su contraparte.
  4. Un diferencial de poder importante: en las relaciones marcadas por un diferencial de poder, alguien en la pareja cree que es inherentemente superior o más merecedor de control e influencia. Por ejemplo, una pareja puede descartar las opiniones o decisiones de su pareja porque se percibe a sí misma como más inteligente o exitosa. No todas las relaciones estarán exentas de diferencias de poder, y la presencia de una no la convierte automáticamente en tóxica. Depende de cómo se reconozca y aborde, o si se utiliza para obtener poder y beneficio personal.
  5. Tácticas de manipulación: las relaciones de manipulación implican que alguien en la pareja utilice tácticas como el gaslighting, la triangulación o los chismes para controlar o socavar el sentido de identidad del otro. Un ejemplo podría ser una pareja que difunde rumores sobre su pareja para aislarla de sus amigos y familiares. Este tipo de relación ocurre cuando uno alguien en la pareja prioriza sus propias necesidades, deseos o ambiciones a expensas del bienestar del otro. Por ejemplo, una persona podría explotar los recursos o conexiones de su pareja para su avance personal sin considerar sus sentimientos o intereses.
  6. Comportamientos controladores: en una relación controladora, alguien en la pareja ejerce dominio sobre la otra persona a través de diversos medios, como restringir su libertad, monitorear sus actividades o dictar su comportamiento. Por ejemplo, una pareja puede exigir actualizaciones constantes sobre el paradero de su pareja y enojarse si no cumple.
  7. Mostrar falta de respeto: Las relaciones irrespetuosas implican que uno o ambos miembros de la pareja ignoran regularmente los límites, los sentimientos o la autonomía del otro. Un ejemplo podría ser una pareja que constantemente interrumpe o habla por encima de su pareja durante las conversaciones, demostrando una falta de consideración por su perspectiva. Todos somos capaces de cometer faltas de respeto ocasionalmente, ya sea durante un mal momento o en una interacción difícil, aunque esto nunca es una excusa. Aún así, si este comportamiento no se aborda o no se controla, podría indicar toxicidad.
  8. Comportamientos inapropiados: Las relaciones inapropiadas implican comportamientos o interacciones que traspasan los límites sociales, éticos o profesionales. Por ejemplo, un maestro que tiene un comportamiento coqueto o sexualmente sugerente con un estudiante constituye una relación inapropiada debido a la dinámica de poder y el potencial de explotación.

En todos los casos, la toxicidad puede erosionar la autoestima, generar estrés y ansiedad y obstaculizar el crecimiento personal. Es fundamental reconocer los signos de toxicidad y priorizar su bienestar estableciendo límites, buscando apoyo y, si es necesario, distanciándose de la relación. Las relaciones saludables, ya sean románticas o platónicas, se basan en el respeto, la confianza, la comunicación y el apoyo mutuos.

Si te encuentras en una relación/amistad/situación social en la que está ocurriendo algo tóxico, lo primero que debes hacer es intentar hablar con la persona. Ya sea un amigo, compañero de trabajo, pareja o familiar, debe haber algún elemento de respeto para que la persona tome en consideración lo que dices y cambie su comportamiento. Si no hay voluntad para cambiar el comportamiento, entonces es cuando un comportamiento poco saludable puede convertirse en una dinámica tóxica. Si la persona no quiere o es incapaz de reflexionar y cambiar, entonces podría ser el momento de reevaluar la relación.

Puedes encontrar a un psicólogo cerca de ti en el directorio de Psychology Today

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Kaytee Gillis, LCSW-BACS

Kaytee Gillis, Trabajadora Social Clínica Acreditada-Supervisora Clínica Acreditada, es psicoterapeuta y autora de Invisible Bruises: How a Better Understanding of the Patterns of Domestic Violence Can Help Survivors Navigate the Legal System.

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