4 Maneras de lidiar con personas manipuladoras

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Manipulación psicológica: un término cargado y ambiguo. Se refiere a la conducta de mentir, distorsionar, dominar, burlarse y de controlar emocionalmente que muchas personas experimentan en relaciones difíciles pero cercanas.

Los manipuladores pueden ser los padres, una pareja o incluso los hijos. Ninguna definición del término parece suficiente, aparte de la subjetiva: cuando la perspectiva propia se invalida, cuando el poder propio en una relación se reduce sistemáticamente y cuando los conflictos se cargan emocionalmente de manera que una persona se mantiene desequilibrada e infeliz, se siente manipulada.

Debido a que la experiencia de la manipulación se centra en la impotencia y la confusión, como si las reglas habituales de las relaciones se hubieran reescrito para beneficiar a la otra persona, es importante aprender que se puede responder a este comportamiento de manera eficaz. No todos los movimientos de control pueden neutralizarse, y no todas las personas manipuladoras en tu vida responderán a cada técnica, pero en general, estas son las mejores formas de mantener tu cordura mientras trabajas por una relación más estable.

En términos generales, el primer principio para trabajar con una persona manipuladora, en particular una furiosa o que se desencadena fácilmente, es la seguridad. Si tu relación te hace sentir inseguro, debes desarrollar un plan para mantener tu bienestar. Encuentra a una persona en la que confíes y explícale la situación en detalle. Si el entorno de tu hogar no se siente seguro, sal de él temporalmente (o permanentemente, si es necesario).

Prepárate para hacerle saber a tu pareja o familiar enojado que no puedes comunicarte mientras te gritan, y dile que te irás hasta que se calme. (Puedes optar por agregar que volverás más tarde para volver a intentarlo). Si necesitas desconectarte, asegúrate de establecer límites físicos: sal de la habitación, sal del apartamento o cierra la puerta con llave. Detén el automóvil o rehúsate a conducir con la otra persona. Pasa tiempo con la persona solo cuando haya un tercero presente. Deja de leer sus correos electrónicos o mensajes de texto. Establece límites que preserven tu seguridad, así como tu tranquilidad.

Cuando inicies una conversación, hazlo de una manera no combativa. Esto significa elegir el momento adecuado para hablar. A veces, necesitarás establecer límites cuando se haya transgredido un límite; en otras ocasiones, elegirás no escalar una pequeña discusión a una más grande.

Si sospechas que tu pareja o familiar es vulnerable a sentimientos de abandono, ten en cuenta los momentos en que se siente alienado o rechazado. Involucrarse en momentos como estos no dará lugar a discusiones fructíferas, ni tampoco la táctica de apartarse de su pareja para castigarla. También necesitarás ser consciente de tu propio estado de ánimo cuando te enfrentes a la persona manipuladora en tu vida porque tus propios sentimientos pueden afectar fácilmente (y no siempre de manera útil) la conversación que estás tratando de tener.

Adoptar un enfoque no combativo también significa negarse a contraatacar cuando te atacan. Discutir sobre los hechos tampoco será productivo; simplemente quedarás atrapado en la maleza. De hecho, es mucho mejor escuchar a tu pareja y reflejar sus sentimientos en tus propias palabras. Trata de absorber y reafirmar su posición, en lugar de reaccionar ante ella, incluso si no estás de acuerdo con la interpretación de los hechos de tu pareja; todavía puedes intentar relacionarte honestamente con la emoción detrás de esta interpretación. Incluso puedes preguntarle a la otra persona si comprendiste completamente su mensaje. Responde con afirmaciones en "yo" que reflejen tu propia verdad, pero sin culpar, interpretar o diagnosticar.

Cuando se trata de expresar tu punto de vista, deberás ser absolutamente claro sobre lo que crees. Puede ser difícil mantener tu perspectiva frente a las distorsiones, exageraciones o intensidad emocional que puedas experimentar. Recuerda: tienes derecho a tener tu opinión, a expresar tus deseos y necesidades y a ser tratado con respeto. También tienes derecho a decir "no".

Tener estos hechos en mente puede ayudarte a conectarte a tierra mientras declaras tu posición. Pide lo que necesitas, por ejemplo, una disculpa, un cambio en la forma en que te tratan o simplemente un reconocimiento de tu perspectiva. Deja en claro que eres responsable de tus decisiones, así como la otra persona es responsable de su comportamiento. Si la otra persona intenta pasar a otro tema, confundir el tema o transferirte la responsabilidad, no te distraigas. En confrontaciones como estas, es muy probable que te provoque emocionalmente o te sobreestimule, pero trata de ceñirte a tu punto original. Mantente enfocado en el conflicto y no te molestes en discutir sobre la discusión.

Por otro lado, incluso cuando pidas que se respeten tus sentimientos, deberás respetar los sentimientos de la otra persona. Su respuesta puede representar una expresión genuina de sentimientos, en lugar de una mentira malintencionada. Incluso si arroja apreciaciones que no son precisas, es posible que puedas admitir que te sentirías exactamente como la otra persona si estas cosas fueran ciertas. Mantén esta distinción en tu mente mientras intentas estar en desacuerdo sin invalidar el punto de vista de la otra persona.

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Al responderle a la persona que encuentras manipuladora, el principio más importante es establecer límites de una manera clara, coherente y sin prejuicios. Tu punto general debería ser que estos límites, por ejemplo, la necesidad de estar libre de llamadas telefónicas desesperadas a medianoche o de rabia irracional cuando llegas tarde a casa, que mejorarán la relación. Los buenos límites y el respeto mutuo harán que sea más fácil llevarse bien. No te quedes atascado discutiendo sobre la razonabilidad de tus propios límites; solo tienes que decir que son importantes para ti. Establece consecuencias claras para las violaciones de los límites, como "si sigues gritándome, tendré que salir porque no puedo hablar contigo cuando estás así". Agrega también consecuencias positivas: "si podemos sentarnos a hablar de esto, podremos pasar una tarde agradable juntos".

También es importante saber cuándo marcharse. Con toda honestidad, es posible que tu pareja, amigo o pariente nunca pueda regular sus emociones lo suficientemente bien como para tratarte de manera justa. Si esto queda claro, finaliza la conversación. Una vez que hayas expresado tu punto de vista y dejes claro lo que necesitas, debes sentir cierta confianza en que la otra parte, en algún nivel, comprende lo que estás buscando. Si las cosas terminan de esta manera, es un progreso, incluso si no obtienes la satisfacción que buscabas originalmente.

En general, para hacer frente a la manipulación, es mejor seguir cuatro principios básicos: Conoce tus derechos y tus límites; establece límites claros y apropiados de manera respetuosa y neutral; reconoce y evita los esfuerzos de la otra persona para intensificar el conflicto o enturbiar el problema; y asegúrate siempre de proteger tu propia seguridad.

La palabra "manipulación" puede ser problemática, ya que a menudo se utiliza para caracterizar el comportamiento de las mujeres. Insinuar que el comportamiento "manipulador" pertenece exclusivamente al trastorno limítrofe de la personalidad es injusto porque el diagnóstico de TLP se aplica de manera desproporcionada a las mujeres. Otros trastornos del carácter, como la EP narcisista, a menudo también contribuyen a este tipo de comportamiento.